Asintió con la cabeza.
-Margaret -la voz de 14 volvió a decir otro nombre al azar-. Mackenzie, tal vez.
Negué con la cabeza.
-Ninguno de los dos, y el de Margaret lo dijiste la semana pasada.
-Creo que debería ir por orden alfabético para evitar esos fallos.
Vi como 21 se ponía a temblar y me arrimé a él. Tenía miedo a todo, desde que no se podía expresar con la voz, se habia encerrado en sí y no se dejaba tocar por nadie que no fuéramos 14 o yo.
Le pasé un brazo por encima de los hombros.
Matthew se arrebujó contra mí y pegó su costado al mío, como si así yo pudiese protegerlo de cualquier cosa, como si así pudiésemos huir de nuestra realidad.
Matthew nunca había tenido una familia de verdad. Había conseguido decírnoslo a su manera, aunque más bien fue escribiendo en la pantalla de cristal líquido que utilizaba para comunicarse con los intrusos cuando le preguntaba por su estado.
Nunca había conocido a su madre, pero su padre tampoco perdió el tiempo en encontrarle una sustituta, a la que encima maltrató, aunque después el propio Matthew también empezó a recibir palizas, cada vez más frecuentes y con más brutalidad.
Por eso acabó aquí. Pero se recuperó antes de que llegasen los invasores. Estaba de vacaciones en Arizona cuando lo atacaron, no había podido ni vestirse cuando empezaron a llegar las naves y lo habían atrapado mientras intentaba escapar de la playa en la que estaba disfrutando de sus vacaciones.
Recordé su historia, pero 14 siguió con la ola de preguntas sobre mi. Nunca se cansaba. Al menos sabía que yo le importaba a alguien, aunque fuera sola para saber mi nombre.
- Minnesota -se quedó un momento pensando cuando vio como le miré-. ¿Qué pasa? Una vecina mía se llamaba así.
-No me gustaría llamarme como un Estado, sería estúpido, incluso extraño.
Matthew se pegó a mí cuando el entrenador Colt pasó por nuestro lado y le miró. Durante un momento, el entrenador pasó de largo, pero en el último momento pareció acordarse de algo y dio dos pasos atrás, sacó una libreta de apuntes, donde estaba todo lo referente a nosotros que necesitaba y buscó una de las fichas. Siguió con el bolígrafo la página cuando llegó a la que seguramente sería de mi amigo, que seguía pegándose a mi costado y temblaba como una hoja.
Nunca le había gustado el deporte, a pesar de que era bastante bueno en atletismo, algo que le había servido para ser el último al que capturasen de su familia en la huida.
-21 -Colt frunció el ceño y volvió a mirarle, caminó en nuestra dirección y se nos plantó delante, inundando al pobre Matthew con su enorme presencia-. Hace una semana que no haces prácticas, ¿por qué?
Preguntar eso era cruel por su parte, Matthew no podía defenderse verbalmente como hacíamos los demás, poniendo una excusa tonta o fingiendo estar enfermos. Y el simple hecho de que Matt no hubiese hecho sus prácticas era porque le tenía miedo a las alturas.
A ver si me explico, Matthew tiene miedo a las alturas, sí. Hasta ahí bien, ¿no? Pues el problema es que las prácticas de esta semana para Matt era las de escalar una pared totalmente vertical de unos quince metros de altura y si lo hubiera hecho, se habría quedado clavado, sin poder mover ni un solo músculo y sin poder mascullar ni una sola palabra de socorro. Por lo que 14 y yo tendríamos que ir en su ayuda y darle apoyo intensivo durante todo un mes.
Ya le había pasado antes y por eso mismo ni 14 ni yo íbamos a dejarle pasar de nuevo por la misma aterradora experiencia que supuso para él.
A si que me tomé la libertad de responder por él, aunque lo hubiese hecho de todos modos.
-Al experimento 21 le dan miedo las alturas, entrenador Colt -se que mi forma de contar el problema dejaba mucho que desear, sobretodo al llamar "experimento" tan a la ligera a Matthew, pero Colt no podía saber que sabíamos su nombre, era lo único realmente suyo que le quedaba.
Se me ocurrió algo, lo que 14 adivinó al momento y se levantó casi como un resorte, bajó las escaleras rápidamente y empezó a ponerse el arnés, ajustando las correas y asegurándose de que estuvieran bien sujetas, para que así no hubiese ningún problema durante la escalada.
Separé la mano de Matthew que todavía se aferraba a mí y entrelacé sus dedos con los míos, avisándole así de que no lo abandonaba, que iba a seguir a su lado, pero que tendría que levantarse y hacer un esfuerzo por vencer a sus miedos. intentó mantenerse en el asiento, pero tiré de él para que se levantara antes de que Colt llamase a los guardaspaldas y le obligasen a escalar solo. Pareció comprenderlo, porque terminó por dejarse llevar y pegarse a mí hasta la pared vertical.
Yo podría soportar estar a su lado los próximos meses para aguantar su miedo a todo, desde que había perdido la voz no era el mismo, aunque cuando yo lo conocía ya le había pasado todo y no había escuchado nunca su voz, era algo extraño.
Cogí su mano con fuerza y casi lo arrastré para que se levantase de su asiento y me siguiera escaleras abajo.
En el último escalón me giré y cogí a Matt con las dos manos.
-Voy a estar todo el rato a tu lado, ¿de acuerdo? No voy a abandonarte -me pasé la lengua por los labios y vi como sus ojos se clavaban en mi mirada y no podían apartarse. Apretó mis manos, en una muda pedida de auxilio. Ya me imaginaba la noche que me esperaba, aunque me llevase una buena bronca después por colarme en la habitación de otro experimento. Y más aún si era la única que tenía una habitación blindada.
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